Indignación, rabia, tristeza,
impotencia, dolor… mil cosas embargan mi mente y mi corazón a raíz del
escándalo destapado en las últimas horas en nuestra ciudad. Son cosas que
desafían a la cordura y la racionalidad de cualquier persona, más aún de aquellos
que decimos ser cristianos. Es cierto que este tipo de hechos estaban
anunciados por el mismo Jesús y en mi opinión esto es apenas la punta del
iceberg si consideramos la magnitud de lo que realizará el Anticristo cuando
aparezca en la escena global, pues si tantas personas han caído bajo el engaño
de un vulgar culebrero con Biblia que no ha hecho ninguna clase de milagros más
allá de acumular una enorme fortuna y un séquito enajenado de seguidores, ¿cómo
será cuando los falsos profetas sean capaces de levantar muertos o multiplicar los panes y los peces? Sencillamente no quiero imaginarlo.
El fenómeno de las sectas siempre
ha estado presente, ya sean de corte religioso, político, ideológico, pero
hasta donde llega mi información, jamás en Pasto se había presentado un
escándalo de las dimensiones y características como el que estamos viendo ante
nuestros ojos, lo cual me parece absolutamente increíble, porque quizá
estábamos habituados a escuchar tal tipo de noticias en países con largo
historial de este tipo de fenómenos como EEUU y algunos casos como Jim Jones y el posterior suicidio colectivo en Jonestown, Guyana, los infames David Berg y su esposa Karen Zerby de la secta Los Niños de Dios o David Koresh y la tragedia en Waco, Texas por nombrar
algunos, pero ahora, este tipo de tragedias han estallado en nuestra pequeña
ciudad de Pasto, con un drama humano escalofriante y el boom mediático
irrefrenable. Por eso mismo me suena increíble.
Y mucho más sobrecogedor y
escalofriante es ver las fotografías publicadas en las redes
sociales. Sinceramente jamás en mi vida imaginé que el siniestro Gámez
fuese a ser puesto en evidencia de manera tan cruda para ser visto por millones de personas y peor aún, escuchar a sus
seguidores defenderlo a capa y espada luego de semejantes e indiscutibles
registros. Hay mucho de cierto en esa frase que dice “la realidad supera a la
ficción” y este sin lugar a dudas, es un caso de esos.
Sin embargo, esta tragedia que
embarga y ensucia al pueblo cristiano de Pasto, era inevitable, dada la
organización y el poder absoluto que ostentaba el perverso Gámez; un sujeto que
poco a poco fue acumulando poder en la secta que organizó según su gusto y gana
hasta tal punto en que pensó ser invulnerable al peso de la realidad, pero Dios
siempre se sale con la suya y hoy el soberbio predicador, es un prófugo que
esperemos, caiga pronto junto con sus cómplices y les sea aplicado todo el peso de la ley y sea desmantelada esa mafia que aún puede hacer mucho daño.
Y asimismo,
pienso que este es un campanazo de alerta para que el pueblo cristiano
despierte, mire, evalúe e indague sobre qué clase de personas están dirigiendo
sus congregaciones, a dónde van a parar sus diezmos y ofrendas, qué clase de
preparación tienen sus líderes y qué tipo de enseñanzas están recibiendo, para
evitar repetir esta miserable historia en nuestra ciudad, porque estos no son tiempos para andar sin discernimiento, salvo que a usted lo único que le interese sea pertenecer a una masa enajenada de gente que haga oídos sordos a lo que está ocurriendo.
Hago un llamado al pueblo
cristiano de Pasto, a mis amigos, conocidos, contactos de facebook y demás a que por un
momento mediten en una realidad ineludible; la razón de ser de los pastores,
los líderes y los ministerios ¡SOMOS NOSOTROS! porque Jesús dijo: “El que
quiere ser grande entre ustedes, deberá ser su servidor”; son ellos quienes se deben a sus ovejas y no sus ovejas a ellos.
Hago un llamado a los pastores y líderes a que mediten en el capítulo 34 del libro de Ezequiel, porque es aterradora la cantidad de personas que asisten a sus congregaciones y manifiestan abusos, manipulaciones, indiferencia, subestimación y control. Señores pastores, ¡salven lo poco que queda de honra en el oficio del pastorado en nuestra ciudad!. ¡Necesitamos buenos pastores! ¡Ya basta de pastores asalariados en su corazón y que encontraron en la iglesia una forma de lucro y ganar status social a costillas de sus ovejas!
Hago un llamado a que
dejemos la miopía del paradigma sobre el cual se ha fundamentado el
concepto de ministerio; el ministerio no se trata de llenar las sillas de la
iglesia a como dé lugar ni tampoco ser oprimidos y abusados con el cuento de "estar sirviendo al Señor"; el ministerio es servicio, sin importar quienes seamos, ni que nivel de status tengamos ni donde sea que nos
encontremos; el ministerio es compartir el mensaje de Jesús, no la visión eclesial ni mucho
menos las epopeyas del fundador de la iglesia.
Hago un llamado a que POR FAVOR
entendamos que nuestra lealtad primaria debe ser innegociable ante la Verdad que es Jesucristo, no ante
una organización y menos ante un pastor
que utilice su posición como instrumento para ejercer poder o coerción. Señores ¡Ya basta de idolatrar a los pastores y a los líderes! ¿Ven lo que está sucediendo? ¿Acaso hay garantías de que eso no suceda en cualquier otra iglesia? No queremos otro Gámez en nuestra ciudad y de nosotros como ovejas depende que eso no vuelva a suceder.
Hago un llamado a que entremos a interpretar los tiempos; la Biblia nunca menciona un avivamiento para esta época, ni tampoco que antes del retorno de Cristo experimentaremos las bendiciones del Milenio ni mucho menos errores teológicos como que Pasto y Colombia serán para Cristo en este tiempo; por el contrario, Jesús anunció el surgimiento de muchos falsos profetas y apostasía en lugar de avivamiento, persecución por parte de las naciones hacia sus seguidores (Mateo 24: 9) y el sometimiento de todas las naciones cuando Jesucristo regrese a gobernar en el Milenio. Si le pusiéramos más atención a la Escatología cristiana, estoy seguro que tendríamos mas elementos de juicio para enfrentar estas situaciones y poder dar una respuesta más acertada en lugar de darle falsas expectativas a la gente.
Hago un llamado a que no nos
conformemos con el mecato espiritual que lastimosamente consumimos en las
congregaciones sino que ahondemos y profundicemos en la riqueza espiritual e
intelectual que ofrece el cristianismo, como bien lo señala el brillante
apologista británico Alister McGrath; Dios no nos llamó a ser mediocres
intelectualmente y mucho menos a confundir eso con iluminación espiritual; al contrario,
Dios nos llamó a amarlo con todo nuestro ser y toda nuestra mente y tenemos el
DEBER MORAL de buscar y dar a conocer la verdad.
Hablo desde mi experiencia, porque precisamente cuando la
tragedia golpeó mi vida al fallecer mi hermano hace algún tiempo, no encontré
respuestas en la iglesia; con mi corazón desbaratado y tratando de despejar mil
ecuaciones en mi mente y mi vida, me fue imposible hallar respuestas en la política empresarial de la iglesia, en
la ligereza temática de predicaciones reencauchadas hasta más no poder, que es algo que raya en el insulto al
intelecto del público y menos aún en los baños de popularidad del líder fundador que
son asumidos como doctrina, ni que decir del activismo ministerial que no es
más que un aliciente frente a tales circunstancias.
Es entonces cuando uno despierta
a la realidad que el cristianismo que nos ofrecen los empresarios y no pocos autodenominados "profesionales de la fe", es un mensaje descafeínado gracias a que ha absorbido los
vicios de esta decadente sociedad postmoderna: carencia de metanarrativas porque hablar de la esperanza que
encierra la escatología cristiana, el cielo, el milenio y la muerte, es visto
con desdén o con temor y es menospreciado por el utilitarismo metódico que
lleva a un positivismo barato (usted
es un campeón), un evangelio light en
el que tomar posturas políticamente correctas es el conducto regular y de esa
manera “tratar” de quedar bien con Dios y con el Diablo; ser parte de una moda más, que se retroalimenta
por una efectiva industria de miles de productos religiosos que inconscientemente
asumimos que hay que consumir porque son
de bendición o porque lo recomienda alguna estrella evangélica (cd’s,
conciertos, best sellers, congresos etc) o mas bien porque es un acto de manipulación
disfrazada de obediencia, y lo más preocupante, vivir bajo una dinámica consumista de la fe donde no hay espacio para la
meditación en las verdades profundas de la Escritura, ni donde tampoco se le
otorgan herramientas y recursos a los creyentes para que por su propia cuenta
busquen respuestas y escudriñen la Biblia sino limitarse a rumiar las máximas y
juegos de palabras que se inventó el(los) líder(es) en un momento de inspiración so pena
de ser exhortados o corregidos y renunciar de esa manera a pensar por nosotros
mismos e interpretar la realidad a partir de lo que Dios nos puede enseñar si
obedeciéramos el mandamiento de amarlo con nuestro intelecto y practicar un culto racional y de esa manera ASUMIR
nuestro cristianismo como una filosofía de vida capaz de ofrecer respuestas a
los más profundos interrogantes del hombre y no como un producto de consumo más
que podemos encontrar en la góndola de este mercado persa que es la
postmodernidad.
Amigos, la situación que se está
destapando nos afecta a TODOS los que nos decimos cristianos, así no seamos miembros de la mafia montada por Gámez y nos hayamos ubicado en la orilla contraria a su pensamiento y a su proceder, pues para el observador ajeno y común no hay diferencias doctrinales, por lo tanto el pueblo cristiano de Pasto quedó como un zapato; no es momento para frotarse las manos haciendo cuentas de toda
esa gente que irá a tal o cual iglesia para seguir alimentando el círculo
vicioso; la sola idea me parece repugnante; tampoco es momento para hacerse los de la vista gorda, y pensar que la
cosa no es conmigo; esto es una advertencia de a dónde podemos ir a parar si
seguimos sumando errores como el mitificar líderes, someterse ciegamente a una
autoridad, dejar que otros piensen por nosotros, y ante todo, el no escudriñar
la Biblia y conformarse con lo básico para de esa manera seguir dejando que nos metan gato por liebre.
Considere las palabras del Rey Salomón en Proverbios 3: 13-18.
"Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. Porque ella es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro. Es más valiosa que las piedras preciosas: ¡Ni lo más deseable se le puede comparar!. Con la mano derecha ofrece larga vida; con la izquierda, honor y riquezas. Sus caminos son placenteros y en sus senderos hay paz. Ella es árbol de vida para quienes la abrazan; ¡dichosos los que la retienen!"
Y quiera Dios que no nos ocurra
lo que bien ilustró el pastor luterano Martin Niemöller:
"Primero vinieron
a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después
vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era
lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era
judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que
pudiera hablar por mí" *
Que Dios no encuentre indiferencia por parte nuestra en esta situación, ni el deseo morboso de ver como se pierden aquellas almas que pese a su ignorancia, buscaron a Cristo en ese muladar ni mucho menos el regodearnos en la miseria ajena. Actuemos, denunciemos, hablemos, ayudemos, y cuidémonos de alimentar más monstruos disfrazados de ovejas en las congregaciones.
Un abrazo!!